Origen de los alfileres de novia

Origen de los alfileres de novia

Hoy vengo con un tema curioso por el que muchos me preguntáis y que no todo el mundo conoce. La tradición de los alfileres de novia.

El origen de la tradición de los alfileres de novia no está del todo claro.

Entre una de sus múltiples leyendas, una llamó poderosamente mi atención. Se trata de la historia de amor de origen toledano entre Doña Soledad de Vargas y su amado el alférez Don García de Ocaña, quien tuvo que partir a la guerra, después de comprometerse ante la virgen del Sagrario.

Cada noche, durante la espera, la joven rezaba a la Virgen de los Dolores, acompañada de su criada Mencía, a quién le pedía que le pinchara con un alfiler si se quedaba dormida rezando el rosario. Al terminar, dejaba este alfiler como ofrenda a la virgen.

Por fin su amado regresó sano y salvo y pudieron contraer matrimonio.

¿Cuánto hay de cierto en esta historia? Nadie lo sabe pues así son las leyendas y ahí reside su magia y misterio.

En cualquier caso, aunque sea menos romántico, es que los tiempos no eran como los de ahora, y los vestidos de novia pasaban de madres a hijas, por lo que debían ser ajustados.

Al finalizar el arreglo, la novia regalaba los alfileres que se habían utilizado para confeccionar su vestido como símbolo de buena suerte.

 

 

Hoy en día es una tradición que se ha adaptado a nuestros tiempos y que cada vez se utiliza más. Se dice que los solteros deben colocarlo boca-abajo para perder el alfiler y encontrar así el amor en su lugar, y los casados boca-arriba para no perderlo y conservar así a su pareja. Lo que sí es cierto es que es un detalle que os encanta y es una forma divertida y original de sorprender a tus invitados.